así me encuentro, como unos puntitos suspensivos, llenos de espacios, de pequeños detallitos de vos, bastan tres ojeadas, para que me dejes suspendido en mitad de la hoja, y alli me quedo…
esperando que me vuelvas a tocar, tal vez con la punta húmeda del pulgar, tal vez con esa pestaña caida, o sencillamente con tu mirar…
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